Thomas Mascia, un oficial de la policía estatal de Nueva York de 27 años, fue procesado junto a sus padres después de ser acusado de inventar un tiroteo durante un control de tráfico en Long Island. Según informó el New York Post, Mascia no solo afirmó haber recibido un disparo, sino que también habría escenificado el incidente lanzando casquillos de bala en la escena antes de dispararse intencionalmente en la pierna para respaldar su versión de los hechos.

El supuesto tiroteo ocurrió en octubre pasado en la autopista Southern State Parkway y dio lugar a una investigación penal. Inicialmente, Mascia afirmó que había sido atacado y herido por un conductor desconocido durante un control de tráfico, lo que generó alarma pública y un despliegue de recursos policiales para investigar el incidente. Sin embargo, las autoridades descubrieron inconsistencias en su relato que llevaron a su detención.
El lunes, Mascia se entregó voluntariamente en el cuartel de la policía estatal en East Farmingdale. Ahora enfrenta varios cargos, incluidos manipulación de pruebas, que constituye un delito grave, así como denuncia falsa de un incidente y mala conducta oficial, ambos catalogados como delitos menores.
Este caso ha puesto en el centro del debate la integridad de los cuerpos policiales y los impactos de actos como este en la confianza pública. Las autoridades no han especificado los motivos detrás de las acciones de Mascia, pero su arresto refuerza el mensaje de que incluso los agentes de la ley no están exentos de rendir cuentas por sus actos.
La investigación continúa, mientras el público y los medios observan de cerca el desenlace de este caso que ha sacudido al Estado de Nueva York.