LA OTRA CARA DEL JUEGO

(Foto de Brian Spurlock/Icon Sportswire vía Getty Images) (Icon Sportswire vía Getty Images)

La WNBA está en su momento más caliente: tiene estadios llenos, celebrities en primera fila y contratos que compiten con Wall Street. Pero tras las luces y el glitter, hay una realidad mucho menos glamorosa: la salud mental de las jugadoras.

Caitlin Clark y Paige Bueckers, dos de las grandes estrellas del básquet femenino, tuvieron que reforzar su seguridad por incidentes de acoso. Y con razón. En un partido del New York Liberty, lanzaron juguetes sexuales a la cancha. Sí, leíste bien. Algunos impactaron hasta a niños en las gradas. Elizabeth Williams (Chicago Sky) lo llamó “irrespetuoso e inmaduro”. Lynne Roberts, coach de Los Angeles Sparks, fue más clara: “ridículo, estúpido y peligroso”. En pocas palabras: acoso sexual en vivo.

Esto no es un caso aislado. Es un reflejo de un sistema que exige rendimiento constante sin ofrecer protección real. A los atletas se les ha dicho toda la vida que “aguanten”, que “no muestren debilidad”. En el deporte femenino, esa presión pesa el doble. Cada jugadora carga con la representación de que “las mujeres sí pueden”. Y cuando una dice “no estoy bien”, todavía se interpreta como signo de incapacidad. La buena noticia es que cada vez más jugadoras están hablando de su salud mental. Pero no pueden hacerlo solas. El cambio también depende de nosotros: fans, medios y sociedad.

Cómo ser un fan que realmente apoya

  • Haz eco de sus voces. No compartas solo highlights; apoya sus causas.
  • Denuncia lo tóxico. Si ves acoso en un partido, repórtalo. La liga tiene la campaña No Space For Hate.
  • Rompe el estigma. Si ves hate contra una jugadora por hablar de salud mental, responde con apoyo.
  • Piensa antes de postear. Tus palabras en redes también juegan el partido.

La WNBA está cambiando. Y la manera en que vemos el deporte femenino también tiene que cambiar. No se trata solo de números o estadísticas, se trata del bienestar de las jugadoras, que son más que atletas—son personas con emociones, límites y derechos. Así que la próxima vez que te pongas un jersey de la WNBA, recuerda que el verdadero juego no solo se juega en la cancha. Y nos toca a todos ser parte del equipo.